
El templo de los Guerreros
Se encuentra situado en el lado oriental de la Gran Plaza de Chichen Itzá, en la que en el centro está la estructura denominada como El Castillo. Estos dos edificios junto con el Cenote Sagrado que se encuentra a unos 300 metros forman el área sagrada de la ciudad.
Fue construido en el período Postclásico hacia el año 1200 de nuestra era por los mayas itzaes. Está dedicado al dios maya Kukulcán, venerado aquí bajo el aspecto de Venus, la estrella matutina. Tiene una forma piramidal escalonada con cuatro cuerpos y mide 40 metros de lado. Una escalinata conduce al templo propiamente dicho que se encuentra en la parte superior del edificio, de planta cuadrada de 21 metros de lado y dividido en dos salas, aunque hoy en día no se puede acceder a él.
Lo que si se puede ver del templo es el gran pórtico de entrada que tiene dos esculturas de serpientes de cascabel que soportan el dintel. En la entrada del templo hay una escultura de un chac-mool. Este nombre hace referencia a un tipo de escultura que representa a un hombre acostado sobre sus codos, con las rodillas dobladas sosteniendo un plato sobre el vientre. Además posee su cabeza girada en un ángulo de 90 grados hacia un lado pero siempre mirando de frente. Es un tipo de escultura precolombina mesoamericana que empezó a difundirse a principios del Postclásico en diversos sitios de la región. Están asociados a los toltecas, encontrándose este tipo de esculturas en la ciudad de Tula. Su nombre significa gran jaguar rojo y le fue dado en 1875 por el explorador Augustus Le Plongeon.
Este templo de Chichén Itzá es una transposición absolutamente fiel del modelo del templo de Tula. El mismo concepto general de la pirámide que soporta un gran santuario superior, la misma presencia de un chac-mool en la entrada, la misma ornamentación repetitiva de Águilas y Jaguares en los escalones, los mismos pilares en forma de serpiente de cascabel, cuya cabeza – con la boca abierta – está en el suelo, mientras que su cuerpo forma el fuste y la cola de cascabel se levanta para sostener el dintel del pórtico de entrada. Finalmente al pie del volumen piramidal, la misma sala hipóstila con varias naves y múltiples soportes.
El Templo de las Mil Columnas (de las que en realidad sólo quedan doscientas) contiguo al Templo de los Guerreros, es lo que queda de los grandiosos salones hipóstilos que flanqueaban todo el templo. Las columnas de piedra, de fuste circular o cuadrado, sostenían con toda probabilidad un techo plano, según la costumbre tolteca. También aquí como en El Castillo y en otras construcciones de Chichen Itzá a la estructura piramidal típicamente maya se añaden elementos nuevos, formados por columnatas de sorprendente ligereza y elementos iconográficos relativos a las órdenes militares y al culto de la Serpiente Emplumada.
Este templo está articulado alrededor de una serie de espacios delimitados y que tienen una función específica: un Juego de Pelota, una gran plaza trapezoidal y en la zona meridional una estructura simétrica de 75 metros de ancho que forma un vestíbulo bordeado por un pórtico. Esta sala antecede un espacio cubierto de planta cuadrada, cuya columnata, que recorre todo el perímetro determina una especie de impluvium o estanque rectangular con fondo plano. Soportada por columnas altas, de una extraordinaria elegancia, una techumbre de hojas de palmas sobre carpintería de madera hacía las veces de patio. Este edificio llamado Mercado, retoma la fórmula de los patios de Tula, destinados a las asambleas de guerreros.